Un rústico poema para vos

Camino lento, hacia la calesita,
que gira en tu presencia, que descarrila
cada miércoles y me invita,
a seguirte intranquila.
Y me mirás con esa ternura fría,
porque sabes que soy un retoño,
que resuena en tu hombría,
y mi inocencia te ablanda la conciencia como el demonio.
Y yo aún me creo cuentos,
de fantasías que me corren por el torrente,
y vos comandas el flujo herviente,
cuando el rumor de tu voz viaja en los vientos.
Y luego te vas,
porque tu vida es adulta,
y tu amante te espera, y siempre que la buscás
sobre ella escribís, la misma historia que mentes abulta.
Me mirás con altura,
con experiencia en cada arruga,
y ni la más honda de ellas podría comprender,
todo lo que tengo para dar sin mesura.
Jamás podrías comprender,
toda la intensidad que cargo,
ni podrías sentir la novena parte en tu ser,
de un llanto de ilusión amargo.
Porque eso quedó atrás,
en tu juventud lo enterraste,
y te marchás con tu amante sin más.
que al igual que vos, la experiencia le dio desgaste.
Y ambos saben bien,
que al perder el tiempo con fantasías
no hay mal que por bien,
no busque en el amor sequías.